martes, 29 de noviembre de 2011

Martes de mercadillo

Si el paseante decide recorrer la calle Pablo Neruda desde su conexión con la Av. del Oeste, se encontrará a su izquierda con el extenso Parque de la República. La convivencia entre vecinas hojas perennes y caducas crea un sabroso juego de colores que abren más los ojos del invitado.

Subiendo la cuesta del parque, el paseante encuentra un amplio espacio verde aún muy desnudo de arbolado. Pero si tiene la suerte de acudir un día tranquilo, un paisaje sonoro le invade: el silencio y las notas de los trinos de los pájaros que recorren el parque.

El paseante sigue subiendo la cuesta del Parque disfrutando del concierto de las aves pero, de repente, el paisaje sonoro cambia radicalmente: el rumor de un griterío le sorprende.

Sube a lo alto de la cuesta y allí está... El mercadillo de los martes en ebullición. Desde lo alto del auditorio abierto del parque (por cierto, parece que el superequipo de limpieza del alcalde ha querido respetar el grafiti), se oyen las voces: "¡A lo que quieras! ¡A lo que quieras! ¡A lo que quieras!". Una impulsiva vendedora rompe las leyes del mercado y anuncia su disposición a que sea el comprador el que ponga el precio. El paseante baja y se acerca para mezclarse entre el gentío. El brillo de la fruta a mediodía. "¡Pintalabios pa la crisis!" "¡Pintalabios pa la crisis! ¡A doh euroh! ¡A doh euroh!".
Un hombre regala al paseante una invitación para el circo. El autor de este blog descubre la mirada honesta de quien se lo entrega e imagina una vida dura, entregada a una pasión. Decide dedicar su próximo paseo, su próxima entrada, al circo instalado en el recinto ferial.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Recién llovido 20 N

20 de noviembre. Alcorcón recién llovido. Cielo gris. Nueve y media de la mañana. El paseante acude al colegio electoral (donde un policía lo mira por hacer fotos a los álamos de los colegios públicos, entreverados de amarillo). Después se acerca al Parque de la Ribota. Por su flanco oeste, lo saluda un habitante de colorido espectacular.

El paseante no es fotógrafo. Ni tiene una cámara buena ni sabe todas esas técnicas de los profesionales. La belleza está en mirar la naturaleza.

El paseante repara hoy en la fauna: delicado concierto de trinos. En sus espacios acuáticos, el parque acoge ánades reales que son atracción esencial para los más pequeños (además de los columpios, claro). Esta senda lleva a una de las áreas infantiles del parque.
El paseante se pregunta si hoy, 20N, todo un país se dirige, como esa senda, hacia la infancia de los pueblos, donde solo existen buenos y malos, princesas y dragones, condesas y vasallos.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Otoño pintado

Parque de las Comunidades. 10 de la mañana. Otoño en Alcorcón.
El paseante está un poco triste, porque no ha encontrado la luz y el brillo que quería. Ha sabido por los comentarios que tiene valiosos lectores (capaces de apreciar la belleza y el valor de la naturaleza) y no querría defraudarles.

Pero al lado de la belleza de los árboles, está el conflicto permanente de los humanos. Parece que la superbrigada de limpieza del ayuntamiento no ha llegado hasta aquí, porque abundan las pintadas. Algunas de contenido político, que el paseante no va a reproducir aquí.

Otras, con cierta armonía estética con el entorno (obsérvese el rojo de la pintada, a juego con los toboganes: cuando un niño se tire por el tobogán, quedará muy oportuna su cara de velocidad y ese "¡Qué desfase!"). Quizá el alcalde haya valorado su estética y haya ordenado su respetuosa conservación. Ya sé que algún lector dirá: tú sí que eres un desfase, payaso. Pero qué hermosa profesión esa, la de payaso.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Noviembre y socavón Juan Pablo II

Mañana húmeda y fría de noviembre. El paseante ha salido a disfrutar del parque Alfredo Nobel. Aunque quienes van en coche oficial o se pasan el día encerrados no lo sepan, Alcorcón tiene muchos rincones deliciosos como este.

Hoy a las diez de la mañana. Diez grados. Y un diez para este parque hecho para el disfrute de todos. No para el consumo o el negocio. Con canchas de baloncesto y fútbol, con aparatos gimnásticos y amplio espacio para estar y pasear.

Pero esta mañana no podía ser tan idílica. Mi amigo Juan Antonio me ha comentado que hoy se inauguraba el macrocolegio religioso Juan Pablo II. Él se ha empeñado en ir y me ha llamado para acompañarle, pero a mí eso de hacer bulto no me va. Me ha pedido la cámara y ha prometido no meterse en líos para tomar algo juntos después.

Por lo que se ve, han terminado los letreros del centro, pero el entorno del colegio sigue lleno de las basuras que ya señaló el paseante en su primera entrada.


Volvemos a vernos en la cafetería Karma y Juan Antonio me trae la cámara. Mira que le he advertido. Me dice que un policía en tono un poco intimidatorio le ha pedido que se identifique por hacer fotos como esta, en la calle Democracia de Alcorcón.

Él dice que ese socavón es la metáfora del dinero que están quitando a la educación pública para dárselo a colegios como ese, que –con suelo y dinero de todos– no son para todos: segregan a los alumnos por religión y sexo. Dice Juan Antonio que entre las familias que acudían con sus hijos no ha visto a un solo inmigrante. Que ha visto a señores muy trajeados y señoras con caros collares.Y al alcalde, sonriente.

Pero el paseante no se puede detener en ideas fijas e invita a su amigo, tras la pausa en Karma, a seguir caminando. El parque Alfredo Nobel es, afortunadamente, un espacio libre y para todos.




jueves, 3 de noviembre de 2011

Danza y pleno

Ayer, el paseante se acercó por el Parque de la Ribota hasta el Centro Cívico Los Pinos, un recurso público que merecerá otra entrada aparte. Se celebraba un polémico pleno del ayuntamiento. Muy numerosos policías nacionales y municipales dentro y fuera. Mucho interés por los vecinos, que hacían cola para entrar y se quedaron en gran número fuera del salón de actos del centro.
Obsérvese el curioso contraste: en la primera planta del centro la enorme cristalera permite adivinar las figuras de las alumnas de danza; en la calle, vecinos con abrigos y con muchos niños, porque gran parte quería mostrar su apoyo a las escuelas infantiles del municipio, que llevaban sin cobrar muchos meses. Es como si los padres bajo la lluvia quisieran que sus hijos pudieran algún día estar en la planta de arriba, con la cálida luz del arte, y no se quedaran desamparados en la calle.

martes, 1 de noviembre de 2011

Monte alegría

Hoy parecía que noviembre le iba a mostrar su rostro severo al paseante. Pero no ha sido así. La mañana amaneció gris, pero la temperatura era muy suave.

El paseante ha ido hoy en busca de más alturas (y misterios), como el Monte de la estantería que visitó ayer. Y hoy se ha subido al montecito que se formó en el Parque Oeste, enfrente de la Universidad Rey Juan Carlos. Es el Parque Mayarí, que merecerá otra entrada en este blog. Desde la cima del montecito el paseante ha descubierto una curiosa yuxtaposición.

Un castillo-tobogán que provoca las risas de los pequeños al lado de una abrumadora acumulación de coches. ¿Qué harán tantos coches al lado de una zona infantil en el Parque Mayarí? Es la vida, que tiene su cara de alegría y su cara de dolor.

Quizá los lectores adivinen en la foto que desde el tobogán del parque se percibe algo que hoy ha atraído a tantas personas en sus coches: el cementerio. En el Día de Todos los Santos.

Muchas veces se nos olvida que la vida es como este hermoso camino de cipreses que lleva al cementerio de Alcorcón. Somos tierra. Y por eso debemos cuidarla y quererla (y protegerla de la codicia de algunos). Y recordar que, de repente, un día, hemos de volver a ella.
Pero el paseante sigue vivo. Se ha cruzado con un señor calvo que subía al montecito con una cámara. Ha pensado que la gente lo verá y pensará "ese gilipollas debe de ser el paseante", lo que le ha llenado de alivio, porque habrá otros vecinos que sigan retratando el milagro de la naturaleza.