Sigue el paseante recorriendo rincones de Alcorcón. Hoy, frente al hospital, entre los balastos de las vías férreas, las amapolas brotan sin que nadie las haya reclamado.
Lo que en otros tiempos parecía una escombrera es ahora un discreto paseo que el tren se encarga de sobresaltar.
Mayo
se pinta de rojo con amapolas silvestres que tiñen el paisaje. Abril
vino cargado de flores amarillas, como decía JRJ. Por ejemplo, en
Campodón (al que ya dedicamos una entrada en diciembre, "Bosque tras la niebla", interesante para comparar con esta imagen de finales de abril):
Amarillo
llegó abril y también, afortunadamente, muy lluvioso. Muchos días, los
aficionados a mirar al cielo pudimos jugar a adivinar las formas que las
nubes proponían a nuestra imaginación. No sé si aquí verán a la bruja
con moño volador que veo yo (sobre el barrio Parque del Oeste, al lado
de la universidad).
Ha
habido días abrileños (como el de esta vista desde el Parque Mayarí) en
que al ver esos cúmulos uno pensaba disparates como que Alcorcón estaba bajo dominio
alienígena o que había sido entregada a un magnate extranjero.
Sucesos extraños, como que un 21 de marzo entraba la primavera y
lo hacía con pie de hielo, pintando de nieve los tejados de Alcorcón (además de las publicadas en Noticias de Alcorcón, si
algún lector tiene una bonita foto de ese suceso, será un placer
publicarla aquí).