sábado, 6 de julio de 2013

Carteles y rumores

Sábado 6 de julio. A las siete de la mañana la calle Mayor está desierta.

Si el paseante busca algún lugar abierto, solo encontrará la panadería-cafetería situada en la esquina con calle Alfares y el quiosco. Héroes cotidianos que están al pie del cañón mientras muchos duermen o continúan su juerga.

Cerca de allí, en la calle Cid, al otro lado del ayuntamiento, hay dos carteles como este en la tienda de mascotas.


"Pido Porfavor:
No me pinteis la fachada.
Gracias" (sic).

Y parece que el cartel (antiortográfico, casi suplicante, sin alardes de diseño) surte efecto. Al menos hoy.



Pero si el paseante sigue caminando hacia el norte por esa travesía, desemboca en la Plaza del Tejar. Y allí, al lado de las instalaciones del ayuntamiento, no parece llegar el efecto de los carteles de la pajarería.

El mejor cartel está por llegar. El paseante regresa por la calle Mayor en dirección sur. Y una cafetería (el Bar Plaza) planta cara a la crisis con humor.


jueves, 4 de julio de 2013

Lavanda

En el calor de julio, el amanecer es uno de los momentos que más disfruta el paseante.  La ciudad se ha vencido al silencio. El sol pierde su dominio por unas horas.

En el desierto Parque Alfredo Nobel el sol se abre paso entre la vegetación. La lavanda, que dibuja una línea malva por gran parte de la ciudad, se enciende con los primeros rayos de luz.
El Alcorcón sucio, lleno de contenedores desbordados y de calles mugrientas está a unos metros. Pero al paseante le gusta imaginar que su ciudad quiere tener algo de la Provenza de anchos campos de lavanda y sabe que toda la belleza de la naturaleza está en cada ola que mece a ese humilde arbusto encendido por la luz.

 Abadía de Sénanque (Provenza, Francia), foto por AndyLawson.